El primer libro que leí fue "Las mil y una noches", tendría aproximadamente entre 6 y 7 años cuando una tarde de verano estaba echada con mi mamá viendo tele, mi papá llegó con las manos detrás de la espalda (signo inconfundible de que traía una sorpresa), una sonrisa y su mirada encontró la mía. Sin palabras me dijo que la elegida para la sorpresa era YO!
Con gran entusiasmo pregunté que me había traido, pensando como cualquier niño normal que su padre le había traido un dulce o un juguete nuevo, en eso me dio un objeto restangular de color azul con un dibujo y hojas impresas, osadamente le pregunté a mi padre que era ese novedoso item que con tantísima emoción había traido para la menor de sus hijas. Es un libro - me contestó- tiene varias historias y cuando comiences a leerlo apuesto que te va a gustar mucho.
Para desgracia de mi padre el libro durmió el sueño de los justos por unos meses, hasta que mi brillante madre halló la forma en que yo leyera el libro en cuestión. "Hijita trae el libro que te regalo tu papito y leemelo, ya?" Comencé a relatarle las historias a mi mamá para darme cuenta, minutos mas tarde, que lamentablemente las encontraba algo aburridas ya que a los pocos minutos de comenzar a leerle ella ya estaba dormida.
Me encanta leer las historias que Sherezade le tenía qye contar a su esposo para que le personara un dia mas la vida. Muchos libros han servido para que misma me imagine como la protagonista, otras veces la necesidad de saber que pasaba en cierta parte del libro, la mas interesante, hacia que sinb importar la hora siga leyendo hasta averiguar que pasaba después.
De los 7 miembros de mi familia solo 4 leemos porque nos encanta: Mi padre, mi hermano José, mi hermana Patty y yo. Admito que me da pena por las otras 3 que no lo hacen porque sinceramente no saben lo que se pierden. Leer no solo te entretiene, te apasiona, te culturiza, y te enseña a imaginar lo que lees, te transporta a una realidad totalmente diferente a la que te encuentras.
Me encanta leer y es un regalo que me dieron mis padres, el haber cultivado en mi ese amor por los libros, esos objetos rectangulares, cuyos autores queriendo o tal vez son querer nos hacen participes de sus historias y por eso, nosotros, los lectores no solo los admiramos sino también les agradecemos.
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